Tarentola mauritanica
Reptilia → Squamata → Phyllodactylidae → Tarentola → Tarentola mauritanica
Ciattua, Scurpiùn, Scrupiùn, Scurpiùn orbu.
El geco moro es un lagarto de tamaño pequeño a mediano, capaz de alcanzar una longitud total de 16 cm (incluida la cola). La cabeza parece grande en proporción al cuerpo, de forma ovalada y aplanada, con un hocico puntiagudo. Los ojos son grandes, con pupila vertical e iris que varía del amarillo al gris parduzco. El cuerpo es robusto, rechoncho y aplanado, mientras que el dorso y la cola presentan colores que van del gris al marrón, cubiertos de tubérculos prominentes que le confieren un aspecto rugoso y "espinoso". Los dedos están equipados con anchas almohadillas adhesivas, formadas por laminillas longitudinales en la parte inferior, que permiten una capacidad excepcional para trepar por superficies lisas; las garras solo están presentes en el tercer y cuarto dedo. Los machos suelen ser más grandes y robustos que las hembras y se distinguen por dos abultamientos en la base de la cola correspondientes a los órganos copuladores. Los juveniles pueden reconocerse por las bandas oscuras, especialmente evidentes en la cola. Durante la época de reproducción, los machos emiten un canto característico, similar a un chirrido, especialmente audible al atardecer; también pueden emitir un sonido más áspero en situaciones de peligro.
Esta especie es típica de las zonas costeras mediterráneas, con un área de distribución que se extiende desde Portugal y España hasta las islas griegas y el norte de África. En Italia, el geco moro está ampliamente distribuido a lo largo de las áreas costeras, pero también puede desplazarse hacia el interior, especialmente en regiones de clima templado. En la provincia de Savona y la Liguria occidental, está documentado desde el nivel del mar hasta unos 700 metros de altitud; también es común en las islas de Gallinara y Bergeggi. Su distribución parece limitada al lado tirrénico, sin cruzar la divisoria de los Apeninos.
El geco moro prefiere hábitats mediterráneos caracterizados por rocas, acumulaciones de piedras, muros de piedra seca, canteras y pilas de leña. Se adapta fácilmente a entornos humanizados, como campos, jardines y edificios, donde encuentra refugio en grietas de muros o bajo tejas. Su presencia es especialmente frecuente en localidades costeras, donde se beneficia del microclima favorable y de la abundancia de presas.
Ágil, rápido y muy hábil, el geco moro es un excelente trepador, capaz de moverse fácilmente por superficies verticales e incluso techos. Su actividad es principalmente crepuscular y nocturna, aunque también puede observarse durante el día en jornadas cálidas, especialmente en primavera y otoño. El periodo de actividad suele ir de febrero a noviembre. Como especie territorial, defiende activamente su espacio mediante posturas amenazantes y combates entre machos. La reproducción comienza en abril: tras el apareamiento, la hembra pone uno o dos huevos, que eclosionan tras unos cuatro meses; pueden producirse hasta tres puestas al año, a intervalos de unos dos meses. Durante la época reproductiva, los machos emiten llamadas para atraer a las hembras o ahuyentar a los rivales, mientras que sonidos más débiles y ásperos se producen en situaciones de estrés o amenaza.
El geco moro es un depredador oportunista, que se alimenta principalmente de insectos y otros pequeños invertebrados. Entre sus presas habituales se encuentran escarabajos, moscas, avispas, isópodos, polillas, así como pequeños arácnidos como los escorpiones. Principalmente caza al acecho, utilizando rápidamente su lengua pegajosa para capturar presas que se acercan lo suficiente.
En la naturaleza, el geco moro es presa de varios animales, incluidos serpientes terrestres y arborícolas como la culebra lisa meridional ( Coronella girondica ), aves rapaces diurnas y nocturnas, así como mamíferos como el erizo europeo (Erinaceus europaeus), la jineta (Genetta genetta) y algunos mustélidos. La depredación es una de las principales causas de mortalidad, pero la especie también es vulnerable a la fragmentación del hábitat y la contaminación, aunque actualmente se considera de bajo riesgo de extinción según las evaluaciones más recientes de la UICN.
El geco moro posee la extraordinaria capacidad de autotomía caudal: cuando se siente amenazado, puede desprender voluntariamente la punta de la cola gracias a músculos especializados, distrayendo al depredador y facilitando la huida. La cola vuelve a crecer, pero la nueva sección es de color uniforme y carece de los característicos tubérculos. En Liguria, la presencia de un geco moro cerca de una casa se considera tradicionalmente un buen augurio. La especie no es venenosa y no representa ningún peligro para el ser humano.